La piedra de sal tallada en forma de lámpara, armoniza y equilibra nuestro ambiente y a las personas que habitan en él, son grandes transmutadores de Energía y además de Armonizar y Equilibrar nuestra energía, nos ayudan muchísimo en todo el aspecto de nuestras salud, purifican el aire que respiramos, equilibran la energía, absorben la humedad del ambiente, eliminan gérmenes y bacterias a su alrededor, Son una gran herramienta que nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida.
Las lámparas de sal nos ayudan a prevenir el estrés, cansancio, alergias, problemas respiratorios como asma, bronquitis, bronquiolitis e insomnio.
Las lámparas construidas con cristales de sal, además de su belleza intrínseca, funcionan como excelentes mejoradores de nuestros ambientes cerrados. Si bien son consideradas como eficientes ionizadores naturales, aportan otros importantes beneficios a nuestra salud. Por ello conviene detenerse en cada uno de sus aspectos beneficiosos.
Los ionizadores para hogares y oficinas surgieron como una necesidad frente la invasión de radiaciones nocivas, generadas por artefactos eléctricos en ambientes cerrados. La energía eléctrica fluye entre partículas de distintas polaridades, llamadas iones. Un ión negativo es una molécula electrónicamente cargada compuesta de oxígeno. Un ión positivo es una molécula que ha perdido sus electrones en el proceso de contaminación atmosférica.
Nuestra salud física y mental esta influenciada entre otras cosas, por la correcta ionización del ambiente en que vivimos. Hoy existen más fuentes de iones positivos que en el pasado, lo cual crea un desequilibrio eléctrico que nos afecta sensiblemente. Para comprender esto, basta con pensar cuánto mejoran nuestros sentimientos en un clima de montaña o en medio de un pinar, lugares donde se concentra una gran cantidad de iones negativos. Las variadas actividades humanas y las aplicaciones eléctricas, producen iones positivos, que provocan el deterioro de nuestro bienestar físico y emocional. Ejemplo: redes eléctricas, calefacción, sistemas de enfriamiento, televisores, radios, transmisores, radares, computadoras, extractores, microondas, teléfonos celulares, humo de cigarrillo, etc.
El exceso de iones positivos, producido por la contaminación química y electromagnética, es causa de estrés (estimula la producción de noradrenalina), puede producir insomnio, migrañas, agotamiento, hipertensión, depresión y agravar el asma y las alergias respiratorias. El aire sano y equilibrado eléctricamente contiene una proporción de 4 iones negativos y 5 positivos. Sin embargo una mayor cantidad de iones negativos mejora la calidad ambiental, elimina las partículas en suspensión del aire (polen, polvo, ácaros, bacterias) y tiene efectos neurobiológicos muy positivos; induce el relax y favorece la secreción de melatonina (mejora la calidad del sueño y de la regeneración celular).
Está demostrado que los iones negativos son ventajosos y tienen las siguientes cualidades: producen mejorías en alergias, dolores de cabeza y jaqueca, reducen la severidad de los ataques de asma, pueden realzar el sistema inmune, aumentar la productividad en el trabajo, fortalecer la concentración, aumentar la capacidad pulmonar, y reducir la susceptibilidad a gripes y resfríos recurrentes.
La calidad del aire que respiramos es esencial para nuestra salud y bienestar. No solo nos mantiene vivos, sino que también nos permite pensar más claramente, aprovechar mejor las horas de sueño y mejorar nuestra salud. Los estudios demuestran que recibimos el 56% de nuestra energía del aire que respiramos; esto es más que la energía del agua y del alimento, combinadas. La intoxicación debida al excesivo número de iones positivos en el aire puede considerarse como causa de debilidad, ansiedad, depresión, insomnio y enfermedades del sistema respiratorio que muchos sufrimos.
En la naturaleza, los iones negativos se crean por medio del viento, la luz solar, las caídas de agua, las tempestades y la lluvia. En el aire fresco encontramos hasta 4.000 iones negativos por centímetro cúbico (el tamaño de un cubo de azúcar), mientras que cerca de una cascada se pueden hallar hasta 10.000 iones negativos. Como contraparte, está calculado que el numero de iones negativos en grandes ciudades no alcanza los 100 por centímetro cúbico. Estudios científicos demuestran que las lámparas de cristal de sal pueden aumentar la cuenta de iones negativos en su derredor hasta en un 300%. Cuando el cristal de sal andina se calienta, absorbe humedad y el contacto con estas partículas provoca la liberación de iones negativos, funcionando como un ionizador absolutamente natural.
Además de mejorar la calidad del ambiente, esta ionización resulta muy positiva en afecciones de vías respiratorias (por ejemplo asma) y alergias. En este sentido se hacen tratamientos alternativos exponiendo a pacientes en ambientes con una atmósfera concentrada de iones negativos, como sucede en el interior de las minas de sal de roca.
Campos electromagnéticos
El planeta Tierra esta rodeado y protegido por un campo electromagnético, del cual dependen todas las formas de vida. Nuestras ondas cerebrales trabajan en resonancia con dicho patrón de frecuencia (7,83 hertzios), bautizado en homenaje al investigador que documentó su existencia: Schuman. Sin embargo, cuando estamos en inmediaciones de ciertos artefactos eléctricos (televisores, computadoras, celulares, etc), nos vemos afectados por sus radiaciones electromagnéticas que oscilan entre 100 y 160 hertzios.
Por lo tanto, habitualmente estamos expuestos (y por largos períodos de tiempo) a patrones de frecuencia hasta veinte veces más elevados que lo normal. Esta sobrecarga influye en el delicado equilibrio del campo electromagnético del cuerpo, provocando un funcionamiento anormal de las células. Variados estudios demuestran que esta disonancia da lugar a diversos síntomas como nerviosismo, insomnio, falta de concentración, problemas de memoria, etc. y además genera el incremento de radicales libres en el cuerpo, estrechamente relacionados con la formación de tumores.
Los cristales de sal del Himalaya, en su estado natural oscilan en perfecta resonancia con el patrón de frecuencia terrestre. Utilizados en forma de lámparas, los cristales de sal no hacen más que amplificar naturalmente este rango de frecuencia, tan necesario para reequilibrar el funcionamiento corporal. Por ello puede afirmarse que las lámparas de sal armonizan nuestros ambientes y neutralizan la influencia nociva de los campos electromagnéticos artificiales. Es la razón por la cual estas lámparas forman parte del arsenal de recursos de los profesionales del Feng Shui, ciencia oriental milenaria que procura la armonización de los ambientes habitados.
Beneficios de la Sal del Himalaya para consumo:
* Aporta la energía fotónica del sol, almacenada por años en los cristales.
* Contiene 84 minerales biológicamente activos y fácilmente asimilables por las células.
* Mejora el balance electrolítico en los fluidos internos, sobre todo en la sangre.
* Optimiza la asimilación de los nutrientes presentes en nuestro alimento cotidiano.
* Favorece el drenaje de sustancias tóxicas. No retiene líquido ni produce edematización.
* Mejora el estado de ánimo y brinda mayor plenitud energética.
* Activa el sistema inmunodefensivo del organismo.
* Armoniza el equilibrio ácido-básico en el cuerpo, equilibrando el PH.
* Disuelve y elimina los sedimentos que conducen a la formación de arenillas y cálculos.
* Disminuye las molestias generadas por padecimientos artríticos y reumáticos.
* Reduce el deseo de sustancias adictivas. Ideal para exceso de peso y obesidad.
* Mejora las enfermedades de la piel al limpiar y depurar el organismo. Se aconseja en psoriasis.
* Favorece la eliminación de metales pesados.
* Esta sal aporta calcio asimilable así como hierro, ideal en la osteoporosis y la anemia.
* Aconsejada en el Asma y la Bronquitis.
* Ideal para limpiezas energéticas, de piedras y para baños de pies, manos e inmersión.
Las lámparas de sal nos ayudan a prevenir el estrés, cansancio, alergias, problemas respiratorios como asma, bronquitis, bronquiolitis e insomnio.
Las lámparas construidas con cristales de sal, además de su belleza intrínseca, funcionan como excelentes mejoradores de nuestros ambientes cerrados. Si bien son consideradas como eficientes ionizadores naturales, aportan otros importantes beneficios a nuestra salud. Por ello conviene detenerse en cada uno de sus aspectos beneficiosos.
Los ionizadores para hogares y oficinas surgieron como una necesidad frente la invasión de radiaciones nocivas, generadas por artefactos eléctricos en ambientes cerrados. La energía eléctrica fluye entre partículas de distintas polaridades, llamadas iones. Un ión negativo es una molécula electrónicamente cargada compuesta de oxígeno. Un ión positivo es una molécula que ha perdido sus electrones en el proceso de contaminación atmosférica.
Nuestra salud física y mental esta influenciada entre otras cosas, por la correcta ionización del ambiente en que vivimos. Hoy existen más fuentes de iones positivos que en el pasado, lo cual crea un desequilibrio eléctrico que nos afecta sensiblemente. Para comprender esto, basta con pensar cuánto mejoran nuestros sentimientos en un clima de montaña o en medio de un pinar, lugares donde se concentra una gran cantidad de iones negativos. Las variadas actividades humanas y las aplicaciones eléctricas, producen iones positivos, que provocan el deterioro de nuestro bienestar físico y emocional. Ejemplo: redes eléctricas, calefacción, sistemas de enfriamiento, televisores, radios, transmisores, radares, computadoras, extractores, microondas, teléfonos celulares, humo de cigarrillo, etc.
El exceso de iones positivos, producido por la contaminación química y electromagnética, es causa de estrés (estimula la producción de noradrenalina), puede producir insomnio, migrañas, agotamiento, hipertensión, depresión y agravar el asma y las alergias respiratorias. El aire sano y equilibrado eléctricamente contiene una proporción de 4 iones negativos y 5 positivos. Sin embargo una mayor cantidad de iones negativos mejora la calidad ambiental, elimina las partículas en suspensión del aire (polen, polvo, ácaros, bacterias) y tiene efectos neurobiológicos muy positivos; induce el relax y favorece la secreción de melatonina (mejora la calidad del sueño y de la regeneración celular).
Está demostrado que los iones negativos son ventajosos y tienen las siguientes cualidades: producen mejorías en alergias, dolores de cabeza y jaqueca, reducen la severidad de los ataques de asma, pueden realzar el sistema inmune, aumentar la productividad en el trabajo, fortalecer la concentración, aumentar la capacidad pulmonar, y reducir la susceptibilidad a gripes y resfríos recurrentes.
La calidad del aire que respiramos es esencial para nuestra salud y bienestar. No solo nos mantiene vivos, sino que también nos permite pensar más claramente, aprovechar mejor las horas de sueño y mejorar nuestra salud. Los estudios demuestran que recibimos el 56% de nuestra energía del aire que respiramos; esto es más que la energía del agua y del alimento, combinadas. La intoxicación debida al excesivo número de iones positivos en el aire puede considerarse como causa de debilidad, ansiedad, depresión, insomnio y enfermedades del sistema respiratorio que muchos sufrimos.
En la naturaleza, los iones negativos se crean por medio del viento, la luz solar, las caídas de agua, las tempestades y la lluvia. En el aire fresco encontramos hasta 4.000 iones negativos por centímetro cúbico (el tamaño de un cubo de azúcar), mientras que cerca de una cascada se pueden hallar hasta 10.000 iones negativos. Como contraparte, está calculado que el numero de iones negativos en grandes ciudades no alcanza los 100 por centímetro cúbico. Estudios científicos demuestran que las lámparas de cristal de sal pueden aumentar la cuenta de iones negativos en su derredor hasta en un 300%. Cuando el cristal de sal andina se calienta, absorbe humedad y el contacto con estas partículas provoca la liberación de iones negativos, funcionando como un ionizador absolutamente natural.
Además de mejorar la calidad del ambiente, esta ionización resulta muy positiva en afecciones de vías respiratorias (por ejemplo asma) y alergias. En este sentido se hacen tratamientos alternativos exponiendo a pacientes en ambientes con una atmósfera concentrada de iones negativos, como sucede en el interior de las minas de sal de roca.
Campos electromagnéticos
El planeta Tierra esta rodeado y protegido por un campo electromagnético, del cual dependen todas las formas de vida. Nuestras ondas cerebrales trabajan en resonancia con dicho patrón de frecuencia (7,83 hertzios), bautizado en homenaje al investigador que documentó su existencia: Schuman. Sin embargo, cuando estamos en inmediaciones de ciertos artefactos eléctricos (televisores, computadoras, celulares, etc), nos vemos afectados por sus radiaciones electromagnéticas que oscilan entre 100 y 160 hertzios.
Por lo tanto, habitualmente estamos expuestos (y por largos períodos de tiempo) a patrones de frecuencia hasta veinte veces más elevados que lo normal. Esta sobrecarga influye en el delicado equilibrio del campo electromagnético del cuerpo, provocando un funcionamiento anormal de las células. Variados estudios demuestran que esta disonancia da lugar a diversos síntomas como nerviosismo, insomnio, falta de concentración, problemas de memoria, etc. y además genera el incremento de radicales libres en el cuerpo, estrechamente relacionados con la formación de tumores.
Los cristales de sal del Himalaya, en su estado natural oscilan en perfecta resonancia con el patrón de frecuencia terrestre. Utilizados en forma de lámparas, los cristales de sal no hacen más que amplificar naturalmente este rango de frecuencia, tan necesario para reequilibrar el funcionamiento corporal. Por ello puede afirmarse que las lámparas de sal armonizan nuestros ambientes y neutralizan la influencia nociva de los campos electromagnéticos artificiales. Es la razón por la cual estas lámparas forman parte del arsenal de recursos de los profesionales del Feng Shui, ciencia oriental milenaria que procura la armonización de los ambientes habitados.
Beneficios de la Sal del Himalaya para consumo:
* Aporta la energía fotónica del sol, almacenada por años en los cristales.
* Contiene 84 minerales biológicamente activos y fácilmente asimilables por las células.
* Mejora el balance electrolítico en los fluidos internos, sobre todo en la sangre.
* Optimiza la asimilación de los nutrientes presentes en nuestro alimento cotidiano.
* Favorece el drenaje de sustancias tóxicas. No retiene líquido ni produce edematización.
* Mejora el estado de ánimo y brinda mayor plenitud energética.
* Activa el sistema inmunodefensivo del organismo.
* Armoniza el equilibrio ácido-básico en el cuerpo, equilibrando el PH.
* Disuelve y elimina los sedimentos que conducen a la formación de arenillas y cálculos.
* Disminuye las molestias generadas por padecimientos artríticos y reumáticos.
* Reduce el deseo de sustancias adictivas. Ideal para exceso de peso y obesidad.
* Mejora las enfermedades de la piel al limpiar y depurar el organismo. Se aconseja en psoriasis.
* Favorece la eliminación de metales pesados.
* Esta sal aporta calcio asimilable así como hierro, ideal en la osteoporosis y la anemia.
* Aconsejada en el Asma y la Bronquitis.
* Ideal para limpiezas energéticas, de piedras y para baños de pies, manos e inmersión.